La experiencia de participar en este proyecto ha sido muy buena pese a haber llegado un poco tarde personalmente. Nos propusimos diseñar un juego para mejorar las habilidades comunicativas lo que nos llevó a crear un recurso educativo compuesto por dados y un tablero, además de fichas para poder jugar con el objetivo de proporcionar a los estudiantes o recién incorporados al mercado laboral una herramienta para desarrollar competencias esenciales.
Desde el inicio, cuando nos introdujimos en el contexto de la escuela de El Llindar, sentí que teníamos cierta responsabilidad y la idea de trabajar en un proyecto que no solo tenía un objetivo educativo, sino también un impacto social real, nos motivó bastante.
Durante las primeras semanas, cuando planificábamos el proyecto, me di cuenta de la importancia de la colaboración y la buena comunicación. Cada miembro del grupo aportó ideas muy buenas, y entre todos logramos conceptualizar un juego que no solo sería educativo, sino también divertido. Este proceso fue una lección importante sobre cómo las diferentes perspectivas pueden mejorar un proyecto.
Recibir el feedback del profesorado de El Llindar fue un momento de cambios pero las sugerencias que nos dieron nos llevaron a reevaluar y ajustar nuestro diseño, mejorándolo de formas que no habíamos previsto.
Al concluir este proyecto, me siento más consciente del impacto que se puede tener en la comunidad y en nuestra propia formación como estudiantes y futuros profesionales. Esta experiencia me ha mostrado que el aprendizaje puede ir más allá de las aulas y los libros, y que tiene el potencial de crear cambios reales. Estoy agradecido a todos los miembros del grupo por todo lo que he aprendido a lo largo del camino y a los alumnos del El Llindar por realizar el proyecto con tanta perfección.